¿Qué pasa en la colmena en invierno?

Esta fase puede durar entre tres y seis meses, generalmente comienza al final de los flujos de miel. Entonces la actividad se reduce considerablemente, la reina deja de poner huevos y la colonia se llena en racimos. Vivirá de las reservas de miel que deje el apicultor y se protegerá del frío regulando la temperatura de la colmena. La población de abejas disminuirá ligeramente a lo largo de esta fase.

Cuando llega un buen día, las abejas que están confinadas en la colmena aprovechan para robar bienes.

Sobre todo, no se debe perturbar la colmena porque lo más peligroso para las abejas en esta época es la humedad, que favorece la aparición de enfermedades.

Las abejas viven de su suministro de miel.

¿Qué pasa en la colmena en primavera?

Tan pronto como aparecen las primeras flores, los recolectores reanudan la actividad.
La reina comenzará así a poner de nuevo gradualmente dependiendo del potencial de polen necesario para el crecimiento de las larvas y las condiciones climáticas.

En vista de las bajas cantidades de néctar recolectadas al inicio de la temporada, las reservas disminuirán considerablemente. En caso de mal tiempo prolongado, puede ocurrir hambruna.
Las viejas abejas que aseguraban la supervivencia de la colonia en invierno irán desapareciendo paulatinamente para permitir una renovación de la colonia.
Con la llegada de la floración abundante, la reina pondrá huevos a un ritmo elevado de hasta 2000 huevos por día para garantizar la máxima alimentación. Como resultado, la población está creciendo muy rápidamente.

Los nuevos forrajeros asegurarán así las cosechas de verano, los zánganos (los machos) y los nuevos aparecen y pueden provocar enjambres naturales.

Las primeras cosechas se pueden proporcionar a partir de primavera dependiendo de la floración y cultivos del entorno.

Una abeja forrajeando en primavera

¿Qué pasa en la colmena en verano?

Según la disponibilidad floral, este período comienza más o menos temprano.
El número de recolectores es máximo, se visita cualquier fuente de néctar.
La colonia comienza a acumular reservas, principalmente en el cuerpo de la colmena para asegurar la proximidad de miel y polen para la cría. Los alzas se llenarán entonces para el gran placer de los apicultores. Esta fase relativamente corta depende del desarrollo exitoso de la colonia durante la primavera.

¿Qué pasa en la colmena en otoño?

Las abejas aún pueden aprovechar las pocas flores tardías como la hiedra, el brezo común o incluso la ravenella, las recolectoras recolectan néctar y polen para complementar las reservas y estimular la puesta de la reina.
La puesta de la reina es importante porque dará a luz a las llamadas abejas «invernales» que pasarán largos meses de invierno para asegurar la supervivencia de la colonia.

Los zánganos han desaparecido y las abejas están recogiendo propóleos de las yemas de los árboles para sellar la colmena y lograr un mejor aislamiento.

Jérôme Clerjeau – Fuente RUSTICA